En España, la mentalidad de tener una vivienda en propiedad condiciona muchas de las decisiones que se toman en el transcurso de la vida adulta. Desde tener más o menos hijos hasta dónde poner o no el dinero. “La vivienda se entiende como una inversión de futuro, pero para la descendencia: con la propiedad, se quiere asegurar unas mejores condiciones de vida a los hijos”. Con esto se encuentra Eduardo Molet a diario en su agencia inmobiliaria, especializada en nuda propiedad, que ve cómo la gente mayor se aferra a sus viviendas para dejar algo en herencia. De todas formas, asegura el consultor, cada vez se está extendiendo más, aunque poco a poco, la idea de que esa inversión se puede disfrutar en vida de otra forma.
Hay dos opciones que están ganando cada vez más adeptos. La más popular es la de la hipoteca inversa, una fórmula que se espera que promocionen las entidades financieras de forma activa en los próximos años. “Los españoles tienen mucho dinero invertido en sus viviendas, y los bancos intentarán seguir rentabilizándolo después de que hayan expirado las hipoteca de sus clientes”, vaticina Eduardo Molet. Este es un producto financiero que ofrece liquidez extra mensual de por vida, utilizando la vivienda como garantía hipotecaria.
Otra vía para rentabilizar la inversión en vivienda que está teniendo buena aceptación entre los propietarios más mayores que quieren conseguir ingresos extra para complementar su pensión, es la nuda propiedad. Vendiendo solo esta parte de la vivienda y manteniendo la otra, el usufructo, el propietario recibe por parte del comprador una cantidad importante de dinero de una sola vez (la media se sitúa en los 150 mil euros), mientras sigue viviendo en su casa hasta al final, que será cuando el que ha comprado la vivienda adquiera la totalidad de la propiedad.
Según el consultor inmobiliario Eduardo Molet, ambas opciones tienen una serie de ventajas para los que quieren sacar rendimiento a su vivienda, pero la nuda propiedad es, sin duda, la más rentable de las dos en términos económicos. “No solo permite a nuestros mayores seguir viviendo en su domicilio hasta su fallecimiento, un deseo que manifiesta la mayoría de ellos, sino que les garantiza un colchón económico que les permitirá disfrutar de una jubilación sin sobresaltos, incluso si necesitan cuidados domiciliarios”.
En cuanto a la hipoteca inversa, es cierto que permite no perder la propiedad de la vivienda, y que el banco no puede reclamar el dinero del crédito mientras el beneficiario viva. La desventaja es que la cantidad mensual que se recibe suele ser pequeña, ya que tasan el valor de las viviendas a la baja (como mucho, un 70% de su valor en el mercado), y muchas veces no soluciona los problemas de liquidez de los mayores, que no acaban de complementar la pensión como desearían. Además, a los 12 meses del fallecimiento del titular, los herederos deben devolver todo el dinero del crédito con un tipo de interés normalmente alto (6% más gastos), y para poder hacerlo, se ven obligados a vender la casa o pedir un préstamo, o pierden la vivienda heredada. “Dejan herencia a sus hijos, sí, pero con muchas cargas”.
Nuda propiedad, la gran desconocida en las agencias inmobiliarias
Las ventas de nuda propiedad se han disparado entre los mayores de 70 años, y los dos últimos años han crecido por encima del 30%, especialmente en las grandes ciudades, donde se acumula el 90% de estas ventas. Esto se debe, según Eduardo Molet, a que aún hay mucho desconocimiento en el sector. “Me he encontrado con agentes inmobiliarios que ni siquiera saben qué es la nuda propiedad”. El consultor cree que, según se vaya conociendo esta figura entre los profesionales del sector, la cartera de viviendas que vendan la nuda propiedad crecerá considerablemente y se extenderá a poblaciones más pequeñas. “Esto marcará un antes y un después, pues la población más envejecida se concentra principalmente en las zonas rurales”.
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