La demanda de formación especializada en sostenibilidad se ha disparado un 60% en España en lo que llevamos de 2023, según cifras de EALDE Business School. La necesidad de incorporar a profesionales con este tipo de conocimientos se debe a la importancia creciente de la responsabilidad social corporativa, la presión de los consumidores y los inversores, los beneficios económicos y la necesidad de cumplir con las regulaciones. Prueba de ello es que, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2030 se habrán creado 24 millones de empleos verdes en todo el mundo.
“Las empresas reconocen que la sostenibilidad es fundamental para su éxito a largo plazo y están buscando profesionales capacitados para ayudarles a alcanzar sus objetivos sostenibles”, explica Sergi Simón, coordinador del Área de Gestión de Riesgos de EALDE Business School, que añade que “el Acuerdo de París y la Agenda 2030 suponen un cambio de paradigma a nivel global del modelo de producción y consumo en el que estamos instaurados y que de seguir así colapsará sin duda alguna”.
Teniendo en cuenta la trascendencia de este cambio tan disruptivo, se ha establecido que sea el sistema financiero el que lidere y pilote dicha trasformación, haciendo fluir el capital hacia aquellas actividades que garanticen una mayor supervivencia en este nuevo entorno que se plantea. Según Sergi Simón, “las empresas que no ayuden a garantizar el desarrollo sostenible tendrán cada vez más dificultades y les será más complicado acceder al capital”.
Lo cierto es que contar con personal formado en términos de sostenibilidad proporciona para una empresa una clara ventaja. Desde la escuela de negocios online señalan que “no contar con personal formado en materia de sostenibilidad impide demostrar a clientes, proveedores y bancos que realmente la compañía tiene capacidad de subsistencia y crecimiento en un entorno como el que se avecina. En él, el rendimiento económico de las actividades de la empresa y la solvencia global de la misma quedarán comprometidas”.
La sostenibilidad empresarial avanza en España
España ocupa la decimotercera posición en el estudio ‘RepCore Nations 2022’ sobre sostenibilidad y, además, de 455 empresas que cuentan con la certificación Bcorp el 6,9% del total son españolas. Unas cifras que evidencian que las compañías ‘made in Spain’ están ciertamente comprometidas con la sostenibilidad.
“Es muy bueno tener el 6,9% de las empresas BCorp en España, denota compromiso sincero, pero es muy importante considerar también el elevadísimo porcentaje de empresas que cumplen con toda la normativa de carácter social y ambiental, que no es poca ni sencilla. Es decir, bajo estricto cumplimiento normativo, el nivel de compromiso de las empresas españolas y europeas con la sostenibilidad es ciertamente excelente”, mantiene Sergi Simón.
Tampoco hay que olvidar que Europa es un continente industrializado, del primer mundo y con un tamaño y población que lo hacen ideal para maximizar su competitividad siendo sostenibles. El coordinador del Área de Gestión de Riesgos de EALDE Business School advierte: “Pensemos que China y Estados Unidos tienen un tamaño, un nivel de industrialización y una población que no los hacen candidatos a poder trabajar como en Europa obteniendo el mismo resultado que están obteniendo”.
Y en este escenario, ¿hacia dónde va la sostenibilidad empresarial? En opinión de Sergi Simón, “va hacia comprender los límites del crecimiento y de la capacidad física que tenemos para satisfacer el aumento también del tipo de necesidades que consideramos básicas”. Lo que tenemos claro es que las empresas tendrán que abordar el reto de futuro de 10.000 millones de habitantes en los que el 60% consideran como básico tener varios teléfonos móviles, consumen con la premisa de la inmediatez, quieren poseer una o dos viviendas energéticamente eficientes, contar con una producción agrícola donde quiera y de lo que quiera… En este contexto, desde EALDE Business School destacan que “las compañías tendrán que posicionarse dando a entender que este futuro no es viable ni física ni económicamente, pero sin hacerlo antes de morir en el intento. Es esta premisa la que las empresas están empezando a plantearse de forma seria integrándolo en sus estrategias y procesos”.