El consultor inmobiliario Eduardo Molet ha valorado críticamente el reciente Plan Reside aprobado por el Ayuntamiento de Madrid, que busca restringir los pisos turísticos en edificios donde convivan residentes y visitantes. Aunque reconoce que la convivencia puede generar tensiones vecinales, Molet subraya que esta medida no resolverá el verdadero problema estructural del mercado inmobiliario madrileño.
“Se está vinculando erróneamente el auge de los pisos turísticos con la escasez de vivienda residencial, cuando el origen de la crisis está en la falta de oferta y en una legislación que desincentiva al propietario”, afirma Molet. Según el experto, medidas como el Plan Reside son parches que abordan conflictos de convivencia, pero ignoran el fondo del asunto: la grave carencia de vivienda en alquiler y en venta en la ciudad. En palabras del consultor, “el mercado inmobiliario está asfixiado. Hay demanda, hay financiación, pero no hay casas. Y si no hay producto, no puede haber mercado”.
Molet denuncia que muchas pequeñas inmobiliarias están cerrando por falta de producto y que la legislación actual ha generado un entorno de inseguridad jurídica, trabas al alquiler y restricciones a los propietarios que han provocado un abandono del mercado. “Las normativas que limitan la rentabilidad o dificultan los procesos de desahucio solo empujan al propietario a abandonar el alquiler residencial, optar por el turismo o, directamente, mantener la vivienda vacía”, explica.

Los últimos datos respaldan su diagnóstico: en 2025, la demanda de compra sigue creciendo, con un 81 % de interesados frente al 12 % de propietarios dispuestos a vender, según FC Research. La oferta de vivienda de alquiler continúa siendo insuficiente, con un 78 % de españoles que la perciben como escasa, especialmente en Madrid y Cataluña. En paralelo, el déficit de vivienda pública y la elevada burocracia explican por qué muchos propietarios se retiran del mercado.
Además, el Banco de España advierte de un desequilibrio territorial: en zonas turísticas hasta el 50 % del parque residencial podría estar dedicado al alquiler vacacional, agravando aún más la escasez de vivienda para uso local y contribuyendo a un déficit estructural de 680.000 unidades en el país.
En consonancia con la tendencia al alza, en el primer trimestre de 2025 los precios de la vivienda libre subieron un 12,2 % interanual, mientras que durante 2024 los precios de alquiler crecieron un 10,3 % y los de compraventa un 7,5 %, consolidando la tensión en el mercado inmobiliario español.
¿La solución? Una política de vivienda ambiciosa y estructural. Molet insiste en la necesidad de una fuerte inversión pública en vivienda social, liberar suelo para nueva construcción y reducir la burocracia urbanística. También reclama una reforma del mercado del suelo que incentive la promoción de vivienda asequible. “Los planes como Reside pueden mejorar la convivencia en los edificios, pero no deben venderse como soluciones al problema de acceso a la vivienda. Sin reformas estructurales, lo peor aún está por llegar”, concluye Molet.