Estados Unidos es la economía más grande del mundo, el sexto destino de las exportaciones de España y el primer destino para las empresas españolas fuera de Europa. Durante los últimos años, y a pesar de la pandemia, la economía de Estados Unidos ha nutrido las oportunidades de millones de emprendedores, ascendiendo el número de pequeños negocios en 2021 a los 32.5 millones.
Es un país que tiene una balanza comercial negativa, lo que significa que importa más de lo que exporta porque su producción interior no cubre las necesidades de toda su población. Su PIB representa más del 24% del índice mundial, solamente el estado de Florida ya tiene un PIB similar al de España y una renta per cápita superior. Asimismo, el mercado hispano en Florida es mayor a 11 millones de personas con ingresos per cápita superior a 30.000 dólares al año. Se trata del tercer país más poblado del mundo (328,2 millones) y es el primer importador mundial, por lo que es un destino muy atractivo para las empresas españolas.
Miami se posiciona como la ciudad número uno en creación de startups en Estados Unidos y más de mil multinacionales tiene su centro de operaciones allí. Esto la convierte en la segunda ciudad del país para hacer negocios y la quinta para desarrollo profesional. Asimismo, para las empresas españolas ofrece facilidad de idioma, pues la mayoría de sus ciudadanos hablan inglés y español, y su localización la convierten en un punto medio entre Europa, América Latina y Estados Unidos.
¿Por dónde empezar?
Después de la crisis sanitaria y en un ambiente geopolítico militar inestable, la internacionalización dejo de ser un privilegio de empresas millonarias y ahora es una necesidad de las Pymes para gestionar mejor sus recursos y aprovechar las ventajas tecnológicas que han aparecido a costos muy bajos. Empresas españolas con sus metas claras han logrado duplicar sus ventas e incrementar su oferta de productos porque el mercado potencial estadounidense supera los 300 millones de habitantes.
Sabemos que la internacionalización de negocios conlleva algunos desafíos, especialmente cuando la expansión es fuera de Europa. Las pequeñas empresas y emprendedores se encuentran en desventaja ante una apertura al exterior. Para eliminar riesgos, Softlanding Global ofrece servicios diseñados para acompañar a empresas y emprendedores españoles en su expansión en Estados Unidos. Sin necesidad de migrar, esta plataforma les facilita su internacionalización aportándoles seguridad jurídica y protección patrimonial.
“Los pequeños negocios necesitan hacer una inversión alta para que la incertidumbre sea prácticamente cero. Les ofrecemos un acompañamiento total que va desde la creación de la estructura jurídica el asesoramiento bancario y financiero, hasta el plan de negocios para garantizar el éxito del proceso. La idea siempre es que aumenten sus ventas gracias a la internacionalización pero reduciendo los costes al mínimo. Por sus óptimas condiciones para los hispanos lo hacemos a través de Miami, punto de encuentro entre el mercado anglo e hispano. Además, cuenta con un ecosistema jurídico muy amigable al inversionista extranjero y beneficios tributarios”, explica Italo Torrese, fundador y CEO de Softlanding Global.
Además de un centro de operaciones mundial de turismo recreacional, medico, compras, deportes y espectáculos, Miami ofrece un sistema financiero receptivo a la inversión extranjera y se posiciona como HUB tecnológico. Asimismo, cuenta con una inversión multibillonaria en infraestructura (vial, portuaria, aeroportuaria y ferroviaria); su puerto es el primero de Estados Unidos en movimiento de contenedores y su aeropuerto, el primero en carga y el segundo en pasajeros.
Las empresas y emprendedores españoles ven en Miami una oportunidad para expandir sus negocios y en Softlanding Global un aliado para llegar a Estados Unidos desde la comodidad de su casa u oficina a un coste mensual inferior a 600 dólares. Esto supone un ahorro del 75% aproximadamente respecto a si realizan la internacionalización en solitario. El coste mínimo promedio de la inversión a la llegada a Estados Unidos en solitario bordea como mínimo los 72.000 dólares anuales.