La Reflexología podal es una terapia natural que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de numerosas dolencias. Sin embargo, a pesar de su creciente popularidad, muchas personas desconocen los beneficios que puede aportar en diferentes aspectos de la salud. La Escuela de Reflexología, líder en la formación de esta disciplina, revela cinco problemas que pueden tratarse con esta técnica y que probablemente no sabías.
Mayor productividad en el trabajo
El exceso de estrés impacta directamente en la productividad y la capacidad de concentración. La Reflexología podal actúa sobre el sistema nervioso autónomo, regulando los niveles de cortisol y promoviendo un estado de relajación profundo. Este equilibrio favorece la claridad mental y mejora el rendimiento laboral, permitiendo que el cuerpo y la mente funcionen de manera más eficiente y enfocada.
Apoyo en el manejo de la ansiedad y la depresión
La Reflexología podal actúa sobre zonas específicas vinculadas a la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, lo que la convierte en un complemento eficaz para el tratamiento de trastornos emocionales. Esta técnica favorece un estado de bienestar y estabilidad emocional, ayudando a equilibrar el sistema nervioso y promoviendo una sensación de calma y armonía. “La reflexología podal ayuda a abordar trastornos como la depresión y la ansiedad desde su raíz, contribuyendo a estabilizar el organismo y mejorar el bienestar emocional”, afirma Tamara Fernández, CEO de la Escuela de Reflexología.
Prevención y tratamiento de caries y problemas de encías
Aunque pueda sorprender, la Reflexología podal puede mejorar la salud bucal. “Existen puntos reflejos en los pies vinculados a dientes y encías. Su estimulación favorece la circulación sanguínea en la boca y refuerza el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones”, explica Fernández.
Equilibrio hormonal y trastornos del sistema endocrino
El sistema endocrino es fundamental para regular el metabolismo, el estado de ánimo y la energía. Estudios indican que la estimulación de puntos reflejos específicos en la Reflexología podal puede favorecer el equilibrio hormonal, beneficiando a personas con afecciones como hipotiroidismo o síndrome del ovario poliquístico. “Mediante la Reflexología podal podemos ayudar a estabilizar el sistema endocrino, mejorando la calidad de vida de aquellos que sufren desajustes hormonales”, explica Tamara Fernández, CEO de la Escuela de Reflexología.
Mejora de la autoestima y bienestar emocional
Las emociones también se reflejan en los pies, y con la Reflexología es posible tratar bloqueos emocionales que afectan la autoestima. La estimulación de ciertas zonas permite liberar tensiones y mejorar la confianza personal. “Es un tratamiento integral que ayuda a gestionar las emociones y tener una mejor disposición ante situaciones desafiantes”, señala la experta.
La Escuela de Reflexología: formación con base científica
La Escuela de Reflexología, fundada y dirigida por Tamara Fernández, se ha posicionado como un referente en la formación de profesionales en esta disciplina. Su metodología integra conocimientos de anatomía, fisiología y neurociencia aplicados a la Reflexología, ofreciendo a los alumnos una formación de alto nivel con certificación oficial.
“Es fundamental comprender la Reflexología desde una perspectiva basada en la evidencia, con un enfoque que respete la fisiología del cuerpo humano y su interconexión con el sistema nervioso”, explica Tamara Fernández, directora de la escuela.
La formación impartida en la escuela incluye materiales audiovisuales, sesiones prácticas supervisadas y acceso a una comunidad profesional de aprendizaje. Con ello, los alumnos adquieren las competencias necesarias para aplicar la Reflexología en el ámbito clínico, terapéutico y de bienestar.
Acerca de Tamara Fernández:
Tamara Fernández es una reconocida especialista en Reflexología podal y directora de la Escuela de Reflexología. Con formación en Medicina y Cirugía General por la Universidad de Alcalá, decidió no ejercer como médica convencional y optó por profundizar en terapias complementarias basadas en principios fisiológicos y neurológicos. Durante su paso por el hospital, conoció la Reflexología podal y descubrió en ella una herramienta efectiva para aliviar el dolor y mejorar el bienestar de las personas.
Tras especializarse en esta disciplina, Tamara fundó su propio centro y, posteriormente, la Escuela de Reflexología, donde combina sus conocimientos médicos con técnicas específicas de Reflexología. Su enfoque de trabajo se centra en comprender cómo el funcionamiento interno del organismo se refleja en los pies y cómo, a través de estímulos precisos, es posible activar respuestas fisiológicas beneficiosas.
Emprendedora desde los 28 años, Tamara ha desarrollado un método estructurado de enseñanza, con el objetivo de formar profesionales altamente capacitados que puedan ayudar a mejorar la calidad de vida de muchas personas. Inspirada por su mentora Judit Catalá, ha hecho de la formación y la divulgación de la Reflexología su misión profesional.
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