La entrada en vigor de Verifactu marcará un punto de inflexión para miles de asesorías contables y fiscales en España. Según diversos estudios, la digitalización y automatización de tareas puede liberar hasta un 40% del tiempo que hoy dedican a tareas administrativas, lo que abre la puerta a un rol más estratégico y de mayor valor añadido para sus clientes.
El impacto de la digitalización ya se deja sentir en el mercado. Durante el año 2024 se intercambiaron en España más de 557 millones de facturas electrónicas en entornos business to business (B2B),un 21,18% más que en 2023, según el último informe de SERES eInvoicing. Este avance permitió un ahorro de 4.300 millones de euros y evitó la emisión de 933.000 toneladas de CO₂, equivalentes a la tala de más de 31.000 árboles. Aun así, la realidad es que el 95% de las pequeñas asesorías sigue usando Excel como herramienta principal, un modelo que limita su capacidad de crecimiento y de adaptación a las nuevas exigencias normativas.
En este escenario, la obligatoriedad de Verifactu, que exige la digitalización de los procesos de facturación y su comunicación en tiempo real con la Agencia Tributaria, no solo supone un salto tecnológico, sino que obliga a repensar la función de la asesoría. Ya no será posible trabajar con sistemas manuales, y la normativa fuerza a los despachos a adoptar soluciones digitales que automaticen la validación y el envío de información. Según datos de Quipu, programa de facturación que digitaliza y automatiza la gestión administrativa, el 63% de los asesores ya recomienda anticiparse a los cambios legales en facturación, mientras que el 40% considera la digitalización la principal palanca de crecimiento.
Por tanto, el rol del asesor se redefinirá. La eliminación de tareas repetitivas liberará tiempo y recursos para que los despachos puedan dedicarse a lo que aporta verdadero valor como son el análisis de datos financieros, la anticipación fiscal y la planificación de la tesorería de las pymes. “Es por tanto que el asesor fiscal ya no será un mero intermediario entre la pyme y la administración. Verifactu libera tiempo y recursos que permiten a la asesoría convertirse en un verdadero socio estratégico del negocio, aportando análisis, anticipación y planificación financiera”, explica Roger Dobaño, CEO de Quipu, que añade que “la normativa no elimina al asesor, lo hace más imprescindible que nunca: su valor ya no está en teclear datos, sino en dar visión de negocio a sus clientes”.

‘EL ANTES Y EL DESPUÉS’ DEL ASESOR CON VERIFACTU
La implantación de Verifactu supone un cambio sustancial en el día a día de las asesorías fiscales y de sus clientes. Esta normativa, incluida en el marco de la Ley Crea y Crece, establece que todas las facturas emitidas deben registrarse y comunicarse en tiempo real a la Agencia Tributaria a través de un sistema informático homologado. En la práctica, esto significa que ya no es posible seguir trabajando con hojas de Excel o procesos manuales. Tanto asesores como pymes y autónomos deberán utilizar un software adaptado a los requisitos técnicos de la AEAT para poder cumplir con la obligación.
Hasta ahora, el trabajo de muchos despachos estaba dominado por la entrada manual de datos, la duplicidad de registros y una fuerte carga de tareas repetitivas, lo que podía suponer entre 10 y 15 horas semanales de dedicación a conciliaciones contables y validaciones fiscales. Este modelo limitaba su capacidad para ofrecer informes en tiempo real y relegaba al asesor a un rol principalmente administrativo frente a Hacienda.
Con la llegada de Verifactu y la integración de soluciones digitales homologadas, el escenario cambia radicalmente: la automatización en la validación e integración de facturas con la Agencia Tributaria reduce hasta en un 50% el tiempo dedicado a tareas administrativas, permite generar informes financieros inmediatos y libera al asesor para centrarse en funciones de mayor valor, como la planificación fiscal, la estrategia de costes y la optimización de la liquidez de la pyme.
“Gracias a Verifactu y a la integración con plataformas como Quipu, nuestro trabajo manual se ha reducido drásticamente. Hoy podemos dedicar más tiempo a analizar los datos financieros de los clientes, planificar su fiscalidad y ayudarlos a crecer con una visión más estratégica”, explica Miguel Ángel Navas, CEO y cofundador de Telion Consulting.
BENEFICIOS DIRECTOS TAMBIÉN PARA LAS PYMES
En un país donde más del 99 % del tejido empresarial lo forman pymes y autónomos, la digitalización de la facturación no es solo un requisito normativo, sino una oportunidad para que los asesores fiscales pasen de ser meros gestores a convertirse en auténticos socios estratégicos del crecimiento empresarial.
Para las pymes, la entrada en vigor de Verifactu supone una oportunidad tangible de mejora en su gestión. La reducción del tiempo que los despachos destinan a tareas administrativas se traduce en un ahorro económico que permite a sus clientes acceder a servicios de mayor valor sin incrementar costes. Al mismo tiempo, disponer de datos contables actualizados en tiempo real facilita la toma de decisiones más rápidas y seguras, aumentando la eficiencia operativa.
La digitalización de las facturas aporta también un histórico financiero sólido y transparente, un factor clave para mejorar la relación con bancos e inversores y favorecer el acceso a financiación. Finalmente, la automatización garantiza un cumplimiento normativo sin fricciones, minimizando el riesgo de sanciones por errores o retrasos en la gestión contable y fiscal.