El 50% de los trabajadores que continúan en un ERTE pertenece a una actividad relacionada con el turismo, según los datos del Ministerio de Empleo. En este escenario, el impacto de la pandemia es todavía particularmente acusado en las agencias de viajes (con más de 26.494 trabajadores en ERTE, 62% del total); en las empresas de transporte aéreo (19.596 trabajadores, que constituyen el 52% del total); en los servicios de alojamiento (142.982 personas, 47% del total); y otros subsectores turísticos, hasta sumar 522.790 personas.
“Cifras que ponen de manifiesto, sin ningún género de dudas, la necesidad de esta prórroga y la no siempre suficientemente reconocida importancia del turismo en nuestro país”, explica Alberto Peris, director ejecutivo y socio fundador de CESAE Business & Tourism School.
Los ERTE fueron la respuesta para que los trabajadores no perdieran sus empleos, al exonerar de las cuotas de la Seguridad Social y pagar el sueldo de estos contratados. Esta decisión tenía un límite en el tiempo que acaba de ser ampliado hasta el próximo 28 de febrero. La principal novedad de estos últimos expedientes de regulación temporal de empleo es que estarán vinculados a que las empresas formen a sus trabajadores. Se trata de un enfoque que, desde este momento, pone en un lugar muy protagonista los distintos planes de formación de las consultoras y escuelas de negocio especializadas como CESAE Business School.
Estos ‘ERTE formativos’, como los ha denominado el ministro José Luis Escrivá, van a suponer para muchos trabajadores una auténtica oportunidad para ampliar aprendizajes, actualizar conocimientos y mejorar trayectorias educativas que van a incidir positivamente en sus carreras profesionales. En concreto, las empresas de más de diez trabajadores tendrán un 80% de exoneración si garantizan la formación a sus empleados, frente al 40% de aquellas que decidan no hacerlo. De igual manera, para poder acogerse a esta ampliación será necesario mantener el empleo una vez se retorne a la normalidad, sin importar el tiempo cotizado de la persona contratada, y se siguen prohibiendo horas extras, nuevas contrataciones o subcontratas, así como el reparto de dividendos.
El número mínimo de horas de formación que debe realizar cada persona trabajadora se establece en función del tamaño de la empresa, a partir de 10 personas de plantilla cada trabajador tendrá que realizar un mínimo de 30 horas y para empresas con 50 o más trabajadores en plantilla, el mínimo de horas de formación se establece en 40 horas.
Alberto Peris destaca la importancia del beneficio que, tras este decreto ley, tendrán las empresas “ya que la formación de los trabajadores traerá consigo un aumento del crédito destinado a financiar la formación programada para las empresas. Un montante con el que se espera que la misma empresa invierta en el desarrollo profesional de sus propios empleados. Una garantía de que apostar por los ERTE sea la nota predominante frente a otras alternativas como los despidos”.
En palabras del ministro de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, muchos empleados tendrán que reajustarse dentro de la empresa o mirar hacia otros sectores. Es por ello por lo que esta prórroga contempla la formación como una manera de reacondicionar sus habilidades con el fin de garantizarles un empleo.