La empresa madrileña de luminarias decorativas y líder en ventiladores de techo SÛLION se enfrenta al 2021 con un nuevo Supply Chain Manager, David Torres. Esta incorporación ha supuesto una completa renovación en el enfoque de la cadena de suministros de la compañía incorporando al equipo a un profesional con un bagaje de más de 17 años en la gestión y organización de actividades de adquisición, producción y distribución de bienes. Su incorporación afianza la apuesta que Sûlion por un crecimiento basado en la calidad, la satisfacción del cliente, la diversificación y la generación de valor.
“La Covid-19 ha traído un nueva realidad social y empresarial. Aunque hay mucho desconocimiento hacia el futuro, la experiencia es vital para sobrevivir en un mercado que cada día está más digitalizado y es más global. Sûlion está centrado en su crecimiento y la diversificación de su negocio; desde mi nueva posición abordaré esos objetivos y trabajaré para su consolidación en las distintas líneas de negocio de la compañía”, asegura David Torres, nuevo Supply Chain Manager de SÛLION.
Una nueva realidad
Este 2021 comienza en un escenario marcado por la pandemia. La Covid-19 ha dejado una nueva realidad especialmente en las transacciones comerciales con China a la que tendrá que hacer frente David Torres. Sûlion trabajaba día a día con el país asiático y ahora encuentra nuevas dificultades. Entre las barreras más destacadas a corto plazo está la incertidumbre en la demanda interna y, por tanto, la dificultad para hacer previsiones de compra.
Desde Sûlion aseguran que el nuevo contexto está marcado por una subida en China de las materias primas en torno a un 25% y una escalada de precios derivada de la apreciación del yuan respecto al dolar, lo que se traduce en un aumento costes de producción internos que se trasladan a los precios de compra.
Desde su nuevo cargo en Sûlion, David Torres tendrá que gestionar los problemas surgidos en los desplazamientos de productos y materias primas. La empresa madrileña asegura que hay falta de contenedores de alto cubicaje, cancelaciones de escalas inesperadas (black sailings) por parte de las navieras y un incremento salvaje de precios de los fletes (PSS), con una subida en torno a un 400%.