La Eurocopa 2024 y los Juegos Olímpicos de París 2024 están demostrando que es posible organizar competiciones deportivas de gran escala de manera sostenible. En ambas citas deportivas se están implementando medidas innovadoras para reducir su impacto ambiental, desde la organización del calendario de partidos hasta la reutilización de infraestructuras.
Según Sergi Simón, director del Área de Riesgos y Sostenibilidad de EALDE Business School, apunta que “planificar la UEFA EURO 2024 es un enorme reto logístico en términos organizativos: solo hay que considerar que 24 selecciones compitiendo en diez estadios a lo largo de 51 partidos en 30 días. Y este año, por primera vez, la sostenibilidad ha sido una prioridad central en la organización del calendario”.
LA SOSTENIBILIDAD DE LA EUROCOPA, A EXAMEN
Como medidas de mitigación de impactos ambientales, las sedes y los partidos se han organizado en tres grupos regionalizados, reduciendo de esta manera los desplazamientos en avión de forma drástica. Sergi Simón mantiene que “en comparación con la Euro 2016 en Francia, en la que más del 75% de los traslados de las selecciones se realizaron en avión, en Alemania esta cifra se reducirá al 25%, siendo los trenes y autobuses los métodos preferidos de transporte”.
Con esto, algunas selecciones jugarán más de un partido en el mismo estadio durante la fase de grupos, una novedad destinada a reducir aún más los desplazamientos. “Y no pensemos que ha sido sencillo teniendo en cuenta que debe preservarse el derecho a jugar en las mismas condiciones y terrenos de juego similares”, explica el director del Área de Riesgos y Sostenibilidad de EALDE Business School.
LOS JJOO MÁS AMBICIOSOS EN MATERIAS DE SOSTENIBILIDAD
En el caso de los Juegos Olímpicos de París 2024, los organizadores se han comprometido a alcanzar objetivos tan ambiciosos como reducir a la mitad la huella de carbono del evento en comparación con la media de los anteriores juegos. Una tarea nada sencilla ya que son más de 800 competiciones, más de 15.000 atletas, 45.000 voluntarios y casi 13 millones de comidas.
“Para lograr esto, París 2024 se celebrará en un 95% en edificios ya existentes o en infraestructuras temporales. El Estadio de Francia, construido para la Copa Mundial de Fútbol de 1998, será uno de los principales escenarios. Solo se está construyendo un nuevo recinto de competición, el Centro Acuático de Saint-Denis, que utilizará energía solar y materiales de construcción sostenibles”, mantiene Sergi Simón, que añade que “la Villa Olímpica también será un ejemplo de sostenibilidad, generando energía a partir de fuentes geotérmicas y solares, y utilizando colchones fabricados con redes de pesca recicladas y somieres de cartón reforzado. Además, se han plantado casi 9.000 árboles alrededor de la villa para mejorar la biodiversidad y atraer a diversas especies”.
LOS DILEMAS DE AMBOS EVENTOS
Pero a pesar de estos esfuerzos por ser más sostenibles, la celebración de eventos deportivos de esta magnitud sigue poniendo de manifiesto las profundas desigualdades sociales y económicas a nivel global. Al respecto, el experto de EALDE Business School mantiene que “mientras que las naciones desarrolladas invierten billones en infraestructura y logística, países en desarrollo y zonas de conflicto continúan enfrentando desafíos abrumadores como la pobreza extrema, el hambre, las dictaduras y las guerras”.
La dualidad se hace evidente cuando se considera que, mientras algunos espectadores disfrutan de tecnologías avanzadas y estadios imponentes, en otras partes del mundo millones de personas siguen luchando por el acceso a necesidades básicas como agua potable y seguridad alimentaria. Además, la realización de estos eventos en países con regímenes autoritarios a menudo plantea preguntas éticas sobre la complicidad internacional.
Sergi Simón se pregunta: “¿Es posible celebrar la unión y el espíritu deportivo mientras en algunos países, anfitriones o participantes, se suprimen derechos humanos fundamentales? ¿Veremos de forma diferente lo que sucede en el mundo, cogiendo como referencia dos macro eventos deportivos que se celebran en Alemania y Francia?”.
En este escenario, aunque la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de 2024 se esfuerzan por ser más sostenibles y representan una celebración de los logros humanos a gran escala, también ponen de manifiesto, si sabemos mirar, las profundas divisiones que persisten en el mundo. Para EALDE Business School, “la dicotomía entre el esplendor deportivo y las realidades de guerras, hambre y desigualdad nos recuerda que aún queda un largo camino por recorrer en la búsqueda de un equilibrio entre entretenimiento, conciencia social y responsabilidad global. Y es que la sostenibilidad no debe ser solo un objetivo ambiental, sino también un compromiso con la justicia social y económica”.